En Febrero de 2019 el Grupo de Socorro de la Federación Madrileña de Espeleología (GSFME) realizó una de sus prácticas en la Sima del Fraile (Cifuentes-Guadalajara). Fortuitamente y mientras el primer grupo instalaba el sistema de comunicaciones para el socorro, uno de sus miembros encontró un Cristo de bronce en el cono del pozo principal (cota -75m).
Días después, el Cristo fue entregado por nuestro compañero a la Comisión de Conservación y Catalogación de Cavidades (CCCC) de la FME para que se hiciera un estudio sobre su antigüedad, ya que este hallazgo podía estar relacionado con el asesinato del monje Bibiano Gil en Febrero de 1905, encargado por aquel entonces de atender el santuario de la Cueva del Beato y encontrado posteriormente muerto en la sima, (de ahí su nombre). El pastor Vicente Olmo acabó confesando bajo la presión policial, dónde arrojó el cuerpo y tanto él como su esposa, encargados de cuidar las tierras de labor y el rebaño en este lugar sagrado, finalmente fueron detenidos, juzgados y condenados por el crimen dadas las contradicciones en sus testimonios durante los días del juicio.
Con los resultados obtenidos de este estudio, la federación entregaría después y oficialmente el Cristo (por registro) al Ayuntamiento de Cifuentes, para su custodia y efectos oportunos.
Casualmente, nos enteramos poco después de que algunos espeleólogos del grupo Espeleo50 de Madrid habían estado visitando esa misma cavidad semanas antes y encontraron una Cruz de bronce y madera aparentemente antigua. Primeramente no le dieron mucha importancia, pero al leer de nuevo la descripción de la reseña que llevaban de la topografía, realizada por el Club Viana de Guadalajara, se dieron cuenta que podría estar relacionada con la fatídica historia que se describía del malogrado ermitaño y en cuanto les fue posible, no dudaron en contactar con el Ayuntamiento de Cifuentes para informar sobre el sorprendente hallazgo, considerando que si realmente perteneció a éste monje, su lugar debía de estar en el pueblo.
Afortunadamente el Ayuntamiento tiene la suerte de contar con Luisa Alcázar, responsable de la Oficina de Turismo de Cifuentes y licenciada en historia y arqueología, por lo que su labor fue clave para constatar que efectivamente la Cruz pudo pertenecer a Bibiano Gil. El pueblo expuso orgulloso esta primera pieza tan entrañable para ellos, en la vitrina de la Oficina.
Han pasado unos cuantos meses desde los sorprendentes descubrimientos, pero después de algunos estudios y formalidades, el detallado informe realizado por la CCCC, establece que a pesar de las diferencias de factura y fechas, la Cruz ( posterior al Cristo, finales del XIX, principios del XX) y el Cristo (posiblemente de principios del XIX), presentan signos de haber formado un conjunto y pudieron haber pertenecido al eremita, (aunque todavía se tendrá que seguir investigando) y ahora descansan juntas en el Museo Municipal de Cifuentes donde también se recoge la historia, cultura y tradiciones del pueblo para el conocimiento de todos.